La placa bacteriana es una película blanquecina que se deposita sobre los dientes y tejidos blandos bucales, en la que viven colonias bacterianas responsables de las enfermedades de los dientes (caries) y las encías (enfermedad periodontal).
La placa bacteriana es fácilmente eliminable con una buena técnica de higiene oral.
Es muy importante seguir una técnica rutinaria y ordenada para no olvidar ninguna zona sin cepillar.
- Coja el cepillo como si fuera a escribir con él y coloque el cabezal del mismo a lo largo de los dientes en posición horizontal, con un ángulo de 45° con el eje vertical de los mismos y sobre la encía en la zona donde se unen dientes y encías.
- Comience por los dientes superiores en su cara interna (paladar), una vez colocado el cepillo realice una suave vibración (como si le temblara el pulso) durante 4-6 seg. Terminaremos “barriendo” los dientes suavemente de arriba-abajo.
- Repetiremos la operación anterior en todos los dientes y superficies (paladar y labial) tanto superiores como inferiores (en estos últimos “barriendo” de abajo-arriba)
Dentro de las tinciones (manchas) podemos distinguir dos tipos.
Extrínsecas (externas)
Son las más frecuentes, y dentro de ellas las causadas por el tabaco y algunas bebidas, como el café, té, colas, vino tinto, que contienen sustancias que se adhieren al esmalte del diente, le dan una coloración que varía del amarillo al gris oscuro, cuya intensidad aumenta de forma proporcional al consumo.
Este tipo de manchas junto a las motivadas por el envejecimiento y la descalcificación son las más sencillas de eliminar.
Intrínsecas (internas)
Aparecen desde el interior del diente y son más difíciles de combatir.
Surgen como consecuencia de algunos tratamientos antibióticos, los aportes de suplementos de hierro en la dieta y el exceso de flúor, entre otros.
El láser es un dispositivo que transmite energía al punto de tratamiento mediante una luz coherente mono cromática.
El rayo láser penetra en profundidad en las manchas y desprende las partículas de los dientes incluso las más resistentes.
Tras una reacción química con el gel blanqueador las manchas se disuelven.